Hay veces en las que me paro a pensar en cómo me gustaría tener una gran cajita para guardar todos los buenos momentos. Los de ayer, antes de ayer, y los del mes pasado, todos y cada uno de ellos. La verdad es que es una pena que algunas cosas queden en el olvido, porque cuando menos lo esperamos, surge un imprevisto y todo vuelve a ser como antes. Quizás para bien o quizás para mal.
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