
Antes no nos preocupábamos de como íbamos vestido o peinados porque eran nuestras mamis las que decidían y nosotros no decíamos ni pío...
Nos asustaban con el hombre del saco, el coco o el tío camuñas...
Para nosotros todo era grandísimo. Antes teníamos cientos de motivos para reír todo el santo rato y si nos caíamos volvíamos a levantarnos.
Ahora todo es más difícil, todo es más importante... y no somos capaces de reconocer el valor de lo pequeño. Antes con un juguete eramos felices para todo un año y ahora no nos conformamos con lo más mínimo, queremos tener más que los demás y ser más que los demás en todo.
Os animo a todos a recordar esos momentos de cuando eramos unos niños y aquí os dejo una de nuestras primeras fotos juntos en el colegio.
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